¿Quieres saber más sobre fobias y sobre agorafobia?

¿ ¿Qué son las fobias?
Son miedos muy intensos que creamos nosotros mismos ante
situaciones o sucesos que vemos como peligrosos.
La palabra fobia viene del griego y significa “pánico”.
Normalmente ante una situación peligrosa nuestro cuerpo
responde con ansiedad (sudoración, taquicardia, activación) y esta respuesta de
activación nos ayuda a enfrentarnos a la situación o a huir de ella. Si la
situación era realmente peligrosa huir no genera una fobia (por ejemplo, huir
de una serpiente en el campo) pero el miedo se suele convertir en fobia por los
repetidos intentos de solución que hace la persona para controlar este miedo,
la solución que la gente intenta para controlar su miedo es evitar la situación
que provoca el miedo, y esto tiene el efecto contrario ya que convierte el
miedo en pánico.
Imaginad que los miedos son como fantasmas, si huimos de
ellos nos persiguen pero si los tocamos desaparecen.
Por ejemplo, si de pequeña me hago una herida y al ver la
sangre me mareo o incluso me desmayo. Es probable que ya no quiera ver sangre
por el miedo a desmayarme o a pasarlo mal, tampoco querré pensar en ello porque
solo pensarlo me haga sentirme mal así que puedo pasarme muchos años evitando
todo tipo de situaciones que tengan que ver con sangre (ambulatorios, agujas,
hospitales, etc.). Así un miedo normal se ha convertido en una fobia mucho más
difícil de solucionar.
¿Qué es la agorafobia?
Se suele pensar que la agorafobia es el miedo a los
espacios abiertos pero la agorafobia es lo que llamamos miedo al miedo. Es el
miedo a tener un ataque de pánico o de ansiedad. Normalmente hay un primer
ataque de pánico a partir del cual la persona empieza a evitar situaciones en
las que piensa que puede tener otro ataque.
El ataque de pánico es una respuesta muy intensa de
ansiedad en la que el cuerpo esta reaccionando como si hubiese un peligro real
con: sudoración, palpitaciones, temblores, sensación de ahogo, etc.
La persona empieza a buscar ayuda y a pedir a familiares y
amigos que les protejan y les acompañen por si tuvieran otro ataque de ansiedad
y cada vez convierten su miedo a tener un ataque de ansiedad en más intenso y
van evitando más y más situaciones: ir en metro, salir a la calle, montar en
autobús, ir a supermercados, montar en coche.
Cada vez que buscas ayuda de otras personas para calmar
este miedo estas aumentando el miedo ya que estás actuando como si el miedo
fuera real, la solución es justo lo contrario, es ayudar a que la persona se
enfrente a los miedos, deje de evitarlos y por tanto estos dejen de existir y
no le provoquen ataques de pánico.
Es muy habitual que las personas con este problema pierdan
su trabajo y acaben por encerrarse en casa,
ya que es el lugar seguro dónde no tienen miedo de tener el ataque de pánico.
¿Por qué los miedos se convierten en pánico?
Se trata de un problema de nuestra percepción y nuestra
reacción. Percibimos una situación o un estímulo como peligroso y la clave está
en cómo reaccionemos, si reaccionamos huyendo de él nos damos muchos motivos
para creer que ese estímulo es muy peligroso y lo temeremos cada vez más hasta
convertirlo en una fobia.
¿Qué soluciones ofrece la terapia psicológica?
En el caso de la agorafobia los pacientes que he tenido
hemos comenzado la terapia en sus casas ya que estaban en un punto en el que ya
llevaban varios años casi sin salir de sus casas. Como siempre digo es mucho
mejor no llegar hasta este punto porque siempre es más difícil de solucionar
cuanto más avanzado este el problema.
Es muy importante el que el paciente aprenda y entienda
como funcionan sus miedos y la reacción de su cuerpo, porqué tiene estas
reacciones tan intensas de ansiedad. A partir de aquí le damos una serie de
herramientas para manejar esta ansiedad pero en un problema como este lo más
importante es enseñar a los pacientes a enfrentarse a las situaciones que temen
para que el miedo vaya disminuyendo, cuando nos enfrentamos nos vamos
habituando a la situación temida y la reacción va siendo cada vez menos intensa
hasta que el miedo desaparece.
Es invertir el proceso, acercarnos a los miedos en lugar de
esperar a que los miedos se acerquen a nosotros. La realidad es que los miedos
están en nosotros y no en el mundo exterior, porque si fuera así todos
temeríamos las mismas situaciones, por eso es tan importante seguir una
adecuada terapia para superarlos. Por supuesto nosotros acompañamos al paciente
en todo el proceso de enfrentamiento.