lunes, 26 de septiembre de 2011

Mitos Sexuales

Todos tenemos en la mente algunos de estos mitos que voy a mencionar a continuación pero nos los creemos más o menos en función de nuestra educación y nuestras experiencias a lo largo de la vida.

Quiero que cada uno piense cuánto se cree cada uno de estos mitos y si lo piensa así o no y poned vuestros comentarios!

  • El hombre siempre esta dispuesto a tener relaciones sexuales
  • Un hombre no debe expresar sus sentimientos a su pareja sexual.
  • Cuando un varón pierde su erección es porque no encuentra atractiva a su pareja.
  • Un pene pequeño en erección no será capaz de proporcionar placer a la mujer.
  • Cuando un hombre tiene una erección es perjudicial no usarla para tener rápidamente un orgasmo.

Ahora vamos con las chicas:

  • Cualquier mujer que lleve la iniciativa en el sexo es inmoral.
  • No deben llevarse a cabo relaciones sexuales cuando la mujer esta menstruando, dado que puede haber peligro de infección.
  • Durante el periodo menstrual la mujer se ve afectada psíquicamente de forma negativa, por lo que no es conveniente tener relaciones sexuales.

¿Son mitos o verdad?
¿De dónde vienen estos pensamientos tan extendidos?




lunes, 19 de septiembre de 2011

¿Cómo controlar los pensamientos obsesivos?


En el post anterior expliqué que eran los pensamientos obsesivos y muchos de vosotros os habéis sentido identificados ya que me comentais que los sufrís a menudo.

Existen pautas para controlar estos pensamientos aunque si se trata de un problema habitual es necesaria la ayuda de un profesional de la psicología para aprender a enfrentarnos a ellos, pero si se trata de algo puntual se pueden poner en marcha estas pautas:

  • No te fuerces a dejar de pensar.
  • Cambia de actividad, sal a dar un paseo, queda con alguien, habla de otro tema y esto te ayudará a reconducir tus pensamientos.
  • No te creas lo que piensas cuando tienes pensamientos obsesivos ya que suelen distorsionar la realidad. Cuando estes más tranquilo lo verás de otra manera.
  • Intenta respirar tranquilamente y soltar los músculos del cuerpo.
  • Si tienes algún problema real que sea el objeto de estas obsesiones no intentes solucionarlo cuando tengas estos pensamientos, aplica estas pautas e intenta buscar soluciones cuando estés más tranquilo.
  • No seas tan exigente y creas que tienes que solucionar todos los problemas de tu entorno, es imposible.


No dudes en buscar ayuda si no puedes solucionarlos ya que con el trabajo adecuado en terapia se pueden aprender las herramientas para pensar de una manera más calmada y seguir con tu vida.

martes, 6 de septiembre de 2011

¿Por qué nos obsesionamos?

Seguro que todos hemos sentido en alguna ocasión que nos estamos obsesionando con un tema, es decir, que no podemos parar de darle vueltas y que por más que lo intentamos los pensamientos son más fuertes que nosotros y no podemos parar. Este tipo de pensamientos además, suelen generar mucha ansiedad, desconcentración, cansancio, insomnio e irritabilidad.


Este problema suele ser muy incapacitante para la persona que lo sufre ya que resulta muy agobiante la sensación de no poder controlar lo que estoy pensando y además puede afectar a diferentes ámbitos sociales, laborales y familiares.




El que nos ocurra esto no depende de que nos estemos enfrentando a situaciones difíciles (aunque suele estallar ante situaciones problemáticas) sino de algunas características de la propia persona que lo sufre. Suelen ser personas que necesitan tener un gran control sobre su vida y el entorno, muy responsables y perfeccionistas.
Si este problema no es puntual es necesario pedir ayuda ya que este tipo de pensamientos suele retroalimentarse de todo el tiempo que se esta dando vueltas al tema que preocupe y por tanto no suele remitir solo. Cuantas más vueltas le damos al tema más sensación de descontrol y más ansiedad y por tanto más difícultad para pararlos.



Tiene soluciona asique ayúdate: www.lapsicologíateayuda.com.



                                                                                                               Texto escrito por Dácil González.