Al llegar el invierno es posible que
estés más cansado, que realices menos actividades al aire libre y que tu vida
social se reduzca considerablemente. Además el cambio horario hace que tengas
menos horas de luz solar y, todo esto, puede mermar tu estado de ánimo.
Para valorar si estás sufriendo
depresión invernal puedes fijarte en varios síntomas: tienes más ganas de
dormir, te cuesta levantarte por la mañana, estás más cansado, tu estado de
ánimo se reduce, puedes tener dificultad a la hora de concentrarte y problemas
de memoria.
¿Cómo pensamos cuando nos deprimimos?
-Nos solemos culpar por todo
-No somos capaces de ver el vaso medio lleno o la parte positiva de las cosas
-Todo es blanco o negro
-Hay muchos pensamientos negativos que son el principal elemento a tratar en
terapia:
oPensamientos negativos sobre uno mismo: “no valgo nada”, “Soy un
desgraciado”
oSobre el mundo que le rodea: “El mundo no tiene sentido”, “la gente me
decepciona constantemente”
oSobre el futuro: “No seré capaz de conseguirlo”, “Solo voy a tener problemas”
¿Qué ocurre en el cerebro cuando estás deprimido?
Tu cuerpo está preparado para estar activo cuando hay luz y a desconectarse
cuando hay oscuridad. La hormona responsable de esta función es la melatonina. Cuando
hay más oscuridad producimos más melatonina, por lo que tendemos a estar más
cansados y somnolientos. Por otro lado, la serotonina, neurotransmisor
regulador del estado de ánimo, se reduce en el cerebro. Esto hace que nos
sintamos más tristes y cansados. El cuerpo es sabio y nos ayuda a estar en “off”
cuando hay menos luz. Esto no sería un problema si la evolución social no nos
hubiese llevado a vivir muchas más horas de noche, con la aparición de la
electricidad. Así que solo nos queda adaptarnos al modo de vida actual, y
conseguir mantener la estabilidad emocional en las diferentes épocas del año.
¿Qué puedo hacer si sufro depresión invernal?
Si se alarga más de unas semanas es importante
pedir ayuda a un Psicólogo. Cuanto menos tiempo pases en este estado más fácil
es salir de él. Con nuevas pautas, cambiando la manera de ver el mundo, a ti
mismo y el futuro y añadiendo a tu ritmo de vida actividades placenteras vas a
conseguir mejorar en gran medida tu estado de ánimo.
La anorgasmia es la
incapacidad de la mujer para llegar al orgasmo. Esta incapacidad puede mostrarse de tres
maneras: la mujer nunca ha tenido un orgasmo; sí ha tenido orgasmos pero, por
algún motivo, lleva un tiempo sin disfrutarlos; es capaz de tener orgasmos
mediante la masturbación pero no en una relación sexual en pareja. Los datos
dicen que entre el 21% y el 45% de las mujeres españolas sufren algún tipo de anorgasmia,
por lo que es importante conocer un poco más acerca de sus causas y sus
posibles soluciones.
¿Cuáles son las causas?
Son muchos los factores que nos influyen
en la vida diaria y también, en nuestra sexualidad. Para descubrir cuáles son
las causas, tendremos que hacer un análisis de muchas áreas de nuestra vida.
En primer lugar pregúntate cómo es tu
relación de pareja y si está todo lo sana que te gustaría: ¿hay problemas de
agresividad, de resentimiento, de celos o de comunicación en la relación?
Por otro lado piensa en si tu pareja
sabe cómo estimularte, y si tú sabes guiarle en esta tarea. Si la respuesta es
no, ya tienes una posible causa.
Además de los problemas de pareja y de
las habilidades sexuales y de comunicación, existen factores culturales, como
el sentimiento de culpa, que pueden incidir en la anorgasmia. Históricamente, a
la mujer no se le ha permitido disfrutar de su sexualidad y todavía hoy, queda
ese resquicio de culpa asociado al disfrute, que puede bloquear la respuesta
sexual sana de la mujer. La culpa, siempre ha rodeado a la sexualidad femenina
en nuestra cultura. Es cierto que, la mujer, se masturba menos y más tarde que
el hombre y habla menos de ello, por tanto, conoce menos el funcionamiento
sexual de su cuerpo. Esto no es debido a que tenga menos apetito sexual, sino a
que esta “mal visto” masturbarse y hablar de ello.
A veces, la excesiva preocupación por
tener un orgasmo (para agradar a la pareja o cumplir expectativas sociales), también puede afectar a la hora de conseguirlo,
porque dificulta el "dejarse llevar", que es imprescindible para
lograrlo.
Por último, otro factor muy importante
en la alta incidencia de la anorgasmia, es el desconocimiento del propio
cuerpo. Muchas mujeres no han mirado nunca sus genitales y no conocen el
funcionamiento de los diferentes órganos: labios menores, labios mayores,
clítoris, uretra, vulva, vagina y ano.
¿Estamos hablando de un problema con
solución o una condena para toda la vida?
Hoy día se conocen bien las causas de la
anorgasmia. Además, le damos mucha más importancia al disfrute de la sexualidad
en la mujeres, de la que se le ha dado históricamente. Si la mujer que está
sufriendo anorgasmia, se pone en manos de un buen sexólogo y está motivada para
solucionarlo, es muy probable que lo supere.
El primer paso para la solución es
conocer el propio cuerpo. Explorarse con un espejo la zona genital y empezar a
entrar en contacto con las sensaciones de la propia respuesta sexual para saber
qué y cómo les gusta es fundamental.
Además habrá que modificar aquellos
mitos que estén bloqueando la respuesta sexual (por ejemplo: el sexo es sucio,
masturbarse es malo) y que generan culpabilidad, en ideas más ajustadas a la
realidad. Si hay problemas de pareja también se trabajarán en la terapia.
Si llevas
poco tiempo con este problema o te pasa de vez en cuando puedes intentar seguir
estos pasos para potenciar el orgasmo:
Dedica
tiempo a masturbarte para encontrarte con tus propias sensaciones sexuales.
Potencia
tus zonas erógenas y pídele a tu pareja que las estimule.
Amplía
el tiempo que dedicas a los juegos preliminares.
Practica
sexo oral: ayuda a estimular la zona del clítoris dónde las mujeres tenemos el
mayor número de terminaciones nerviosas.
Piensa
en una fantasía sexual y llévala a cabo.
Haz
ejercicios con tus músculos pubococcigeos: puedes aprender a hacerlos durante
la micción parando varias veces, y haz lo mismo cuando estés sentada,
trabajando o viendo la tele.
Estimula
el clítoris durante la penetración con la mano o buscando posturas en las que
el clítoris sea estimulado a tu gusto. Ten en cuenta que es muy difícil
conseguir un orgasmo sin la estimulación del clítoris.
Si no sabes si alguna vez has tenido un orgasmo lo
más probable es que no lo hayas tenido. Si llevas un tiempo sin disfrutarlo y
has intentado solucionarlo pero continua pasándote, es importante que pidas
ayuda para poder solventarlo. Es normal sentir vergüenza o pudor al acudir a un
sexólogo, pero tómatelo como cualquier otro profesional que te ayudará a
encontrar el equilibrio en una parte esencial de tu vida: tus emociones y tu
sexualidad.
¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando estamos excitadas? ¿Cómo reacciona nuestro cerebro? A continuación os explico los signos físicos y mentales de la excitación, tanto en el cuerpo del hombre como en el de la mujer.
Si queréis hacer una pregunta podéis hacer a través del mail: dacilgobe@gmail.com.
Muchas de vosotras pensaréis que es así
y, en parte, es cierto, pero ahora veremos qué hay de verdad en esta afirmación
y qué hay de mito.
Para conseguir el orgasmo, es
fundamental estar tranquilas con la pareja y conseguir dejarnos llevar sin
estar demasiado pendientes de lo que estamos haciendo. En relaciones
esporádicas de “una noche de pasión”, sí que se suele cumplir el mito de que la
mujer tarda más en llegar al orgasmo y llega menos; en concreto, la proporción
es de un tercio en comparación con los hombres.
¿Por qué ocurre así?
Es
importante tener en cuenta factores como que la pareja no se conoce a nivel
sexual y, por tanto, es difícil que el hombre sepa cómo le gusta a la mujer ser
estimulada. Además, al no conocerse demasiado y no haber confianza no suele
existir una comunicación eficaz que guíe al hombre a estimular a la mujer. Es
verdad que la mujer necesita, para excitarse, más caricias y besos en
diferentes puntos erógenos del cuerpo y por eso la excitación requiere más
tiempo que en el hombre, que utiliza sobre todo la vista para excitarse.
Pero si hablamos de relaciones de pareja
que funcionan bien es diferente. Si existe una buena conexión en la pareja,
puede ser que ambos lleguen al orgasmo en la misma medida o que la mujer llegue
antes al orgasmo que el hombre. Hay mujeres, por ejemplo, que consiguen llegar
varias veces al orgasmo durante una relación sexual antes de que el hombre
eyacule, las mujeres multiorgásmicas.
Lo importante en las relaciones de
pareja estables no es llegar antes o después al orgasmo sino tener una buena
satisfacción sexual consiguiendo mantener el interés sexual a lo largo del
tiempo. Y ojo con el mito de llegar a la vez al orgasmo ya que, como tal, no
debe ser un objetivo en la pareja, si pasa perfecto y sino también.
Un consejo para las “noches de pasión”:
pierde la vergüenza de decir lo que te gusta y verás cómo disfrutas mucho más!
La
satisfacción sexual es una medida subjetiva del nivel de placer que hombre y
mujer obtienen de una relación sexual. Es
mejor evaluar el sexo que tenemos con la pareja a nivel global y no cada
relación sexual por separado ya que habrá días que disfrutéis más y otros menos
y no sólo depende del otro, también del trabajo, del estrés, del cansancio y
demás factores que afectan a la satisfacción.
Las
parejas que están más satisfechas sexualmente suelen cumplir estos requisitos:
el sexo es ejercido libremente por parte
de ambos y es mutuamente gratificante, la satisfacción ayuda a fortalecer el
vínculo afectivo y además se mantiene el
tiempo suficiente como para convertirse en una vivencia predominante.
Para
que la sexualidad funcione es preciso que la pareja aprenda a comunicar con
claridad cuáles son sus gustos sexuales, estableciendo un código con el que
compartir el placer ya que en algunas parejas existe la tendencia a hacer al
otro lo que desearían que la pareja les hiciera a ellos. Esta comunicación
ayuda a que las parejas sepan el nivel de satisfacción del otro y se acoplen
bien.
Si
quieres mejorar tu satisfacción sigue estas pautas con tu pareja:
- Haz todo lo que quieras.
- No hagas nada que no quieras.
- Siempre desde el deseo previo.
- De acuerdo con la propia escala de valores.
- Crea un código sexual con tu pareja.
- Expresa tu sexualidad de forma natural y pide a tu pareja que haga lo
mismo.
- Fíjate en su lenguaje no verbal (gestos, miradas, gemidos...).
- Pregunta a tu pareja que le gusta durante la relación sexual.
Aquí os dejo un vídeo sobre las parejas y la comunicación..