Para finalizar el año con energía positiva y ganas de seguir cambiando y ayudando a los demás, os dejo una carta de un paciente que acudió a mi hace algún tiempo.Creo que es importante acercar las historias que viven las personas cuando se enfrentan a una terapia, para que se vea el proceso personal que cada uno podemos hacer para encontrar nuestro propio equilibrio emocional.
Espero que os guste y os anime a resolver vuestros temas pendientes, ahora que empezamos un nuevo año y sobre todo, que os transmita la energía positiva que él tiene ahora.
Quiero agradecerle enormemente su colaboración conmigo y que se haya abierto a todos los que leáis este post.
Feliz año 2014 a todos!
"En el
verano de 2012, tras dos años con un amargor interior y un dolor intenso en el
tercer Chakra, y tras varios días de pensamientos profundos sobre mi vida, en
concreto, sobre si realmente lo que hacía era lo que quería hacer, me subí a la
nube -expresión utilizada por el paciente para expresar una forma de
reflexionar- e hice un repaso de toda mi vida: desde mi infancia hasta los 23
años y los 19 años siguientes que llevaba con mi mujer.
De lo primero que me dí cuenta fué de que de los 19 años entre novios y matrimonio con ella, gran parte de ellos no
había hecho mi vida. No quiero decir que no haya habido momentos buenos porque
si los ha habido, sobre todo mis dos hijos, pero me di cuenta que parte de esos
19 años no había sido yo. No culpo a mi pareja, nadie me puso una pistola en la
cabeza para dejar de ser yo y actuar de diferente manera.
Me
había apartado de mis amistades, de mis hábitos y me había volcado tan solo en
mi trabajo e hijos. Al no estar agusto con mi vida, me encerré en mi trabajo y
estaba más de 12 horas al día trabajando y de continuos viajes. Lo único que me
llenaba era trabajar y la actividad deportiva de mi hijo, que le apoyaba en
todo momento.
Por
otro lado, a nivel de pareja, debido a un mal recuerdo de mi infancia que ahora
explicaré, no era una persona que me gustara “acosar” a nivel sexual, a no ser
que viera por parte de ella predisposición. No veía que mi pareja tuviera
iniciativas sexuales hacia mí y cuando yo las tenía hacía ella sentía que le
acosaba. Al principio de la relación no era así, pero con el tiempo, cada vez
me daba más la sensación de que iba a menos. Las pocas veces que manteníamos
relaciones me sentía un acosador, por lo que decidí no insistir más.
Esta
actitud provocó que, hacía el año 2008, un día me preguntará
que me pasaba y se lo expliqué: cuando tenía tan solo 6 años un chico mayor
intento abusar de mí. Al explicárselo,
ella se enfadó conmigo porque no entendía que después de más de 11 años no le
hubiera contado nada. Yo le dije que no lo sabía nadie, que era una cosa interna
mía y tan solo esa noche me dijo, tras un rato, que si necesitaba ayuda que
podíamos ir algún centro, pero en esa noche se quedó.
Pasados
dos años de esa conversación, una noche mi pareja empezó a llorar y le pregunté
que le pasaba, y ella me comento que no me podía perdonar que le hubiera
ocultado durante tantos años ese tema. Yo solo pude decirle que era una cosa
que había llevado 40 años en mi interior, con un dolor difícil de explicar, y
que ni mis padres ni mis hermanos lo sabían. Tras esa conversación todo cambió y
estuve durante dos años en soledad.
Ese tiempo en casa con mis dos hijos y mi cuñada pequeña, que vivía con
nosotros, hacia que mi vida fuera sostenible. Pero en Junio del 2012 mi cuñada decidió
independizarse y es cuando me vi acompañado pero en soledad. Mis hijos, ya algo
mayores, a sus cosas, y mi pareja, ni en las comidas y cenas me hablaba y se
marchaba nada más terminar, era una situación insostenible. Un día mi hijo
mayor, preocupado, me comentó que me veía triste y que para estar así mejor que
hiciera mi vida.
Un 13
de Agosto del 2012 me desperté y desayunando, le dije a mi pareja que esto no
podía seguir así y que me marchaba, entonces ella se sintió ofendida y no entendió
nada. Yo le expliqué que era un problema mío, que no estaba agusto con mi vida,
realmente no hacia mi vida, había perdido todas mis aficiones y amistades, no
era feliz, no era yo quien estaba viviendo y que como era mi problema lo tenia
que solucionar yo.
Horas
antes me había buscado ayuda en un experto Psicólogo sexólogo y encontré a Dácil,
que me transmitió una energía que me recordó un sueño que había tenido hacía años y no tardé en enviarle un e-mail para concertar hora.
La
verdad que la primera sesión fue algo especial, yo iba con un poco de precaución,
no quería que me dijeran lo que debía hacer y ni mucho menos que me recetaran
medicamentos. Realmente me quede sorprendido por su madurez y por su forma de
actuar, tan solo me hacia preguntas y a su vez, me provocaba que yo encontrara
las respuestas y las soluciones a mis problemas. Me hizo volver a mis orígenes
e incluso a explorar otros campos donde siempre había tenido inquietudes y
curiosidad. Este proceso ha desembocado en que hoy en día este feliz, haya recuperado mis
amistades y que trabaje para vivir y disfrutar de mi vida, pensando en el
presente porque el futuro nos viene, y si eres una persona positiva viene de
forma maravillosa.
Realmente
creo que tanto Dacil como yo, nos sorprendimos por mi rápida evolución, no
fueron muchas las visitas que realicé. Mis problemas a nivel de mantener
relaciones sexuales los voy superando al no sentirme un acosador, hablo de sexo de una
forma normal y mi problema de la infancia lo he superado e incluso en algunas
charlas con amigos y conocidos, de como hay que tomarse la vida, hablo de ello,
de forma natural y sin ningún odio y rencor.
Ahora
continuo visitándola porque me inspira vitalidad y me sirve de guía, a parte de
mi Psicóloga es una amiga. Con esta historia puedo afirmar que si la persona
que va a terapia y busca ayuda, está abierta a mejorar su vida, Dácil puede
colaborar en ello.
Para
finalizar, decir que nosotros decidimos lo que queremos ser como personas, por
tanto, no debemos buscar culpables. La vida en pareja es difícil, en mi modesta
opinión, creo que no hemos nacido para estar de forma perpetua con una pareja, difícilmente
encontremos la persona que tenga los mismos hábitos, gustos y aficiones que
nosotros. Llega un momento que uno de los dos cede y si siempre cede el mismo,
dejas de vivir tu vida y vives la del otro. Nunca hay que perder la esperanza y
posiblemente haya gente que encuentre su equilibrio en su pareja y mi más sincera enhorabuena para ellos.
Os aconsejo que os subáis a la nube y os
observéis como entes externos a vosotros y de esa forma podréis mejorar cada
día y veréis que la vida es maravillosa.
Agradezco
a las personas que han perdido su tiempo en leer mi historia y desde aquí les
envío un fuerte abrazo energético.
JS.G."