lunes, 2 de diciembre de 2013

Sexo y embarazo



Hoy quería abordar un tema del que no se habla demasiado y que está cargado de creencias culturales que arrastramos de generaciones anteriores en nuestra cultura: el sexo durante el embarazo.

Durante el embarazo tanto el hombre como la mujer como su relación de pareja, sufren cambios importantes. La mujer empieza a adquirir un nuevo rol de futura madre, y el hombre empieza a percibir el nuevo rol de su pareja. El hombre suele tener dudas sobre cuál puede ser la mejor manera de tener relaciones sexuales con su pareja y suele tener más en cuenta la receptividad de la mujer, reduciéndose la frecuencia y la fogosidad de los contactos sexuales. La mujer pasa por muchos cambios físicos y psicológicos durante el embarazo. Su cuerpo sufre cambios importantes en poco tiempo viéndose, en general, menos atractiva. También pasa por momentos en los que está incómoda físicamente. Es importante que el hombre adopte una actitud de comprensión y afecto en este periodo con su pareja; la mujer es más exigente a la hora de escoger padre para sus hijos que pareja para ella. Si en este momento vital tan crucial el hombre no está a la altura, incidirá directamente en la libido de su pareja.

Durante las últimas semanas previas al parto y las posteriores, el sexo desaparece de las actividades prioritarias de la pareja. Los padres focalizan sus esfuerzos en las necesidades del nuevo hijo y en acoplarse a su nueva situación familiar. A partir de este momento pueden desarrollar el síndrome de papa y mama. Este síndrome puede durar 1 o 2 años y puede cronificarse hasta generar grietas en la pareja difíciles de solventar. La nueva situación de padre y madre puede generar diversos problemas en la pareja; hay nuevas tareas a repartir, lo cual genera discusiones, las tareas producen cansancio y aprender a interpretar las demandas de un niño que no sabe hablar, produce estrés y puede acabar en sensación de impotencia. Aquí puede estar el origen de la inapetencia sexual en la pareja.

A partir de aquí hay dos posibles pasos: la superación positiva o la superación negativa. En el caso de la superación positiva, este proceso ayudará a que la pareja se acople de nuevo, habrán resuelto los problemas que han ido surgiendo y estarán satisfechos de sí mismos y de su pareja. Se generará una admiración mutua en sus nuevos roles y ayudará a reactivar el deseo y la pareja. En el caso de la superación negativa la pareja asumirá tanto sus roles de papá y mamá que se convertirán en una pareja filial y ya no serán pareja sexual.

Es lógico que en procesos tan complejos como la maternidad-paternidad surjan muchas complicaciones, pero también es importante ser conscientes de que necesitamos ayuda antes de que la pareja sufra tantas grietas que sea muy complicado solventarlas, incluso con terapia de pareja. Tomar conciencia de que necesitamos ayuda, incluso aunque no tengamos grandes problemas todavía, nos va a ayudar a vivir este proceso de la manera más sana posible y a aprovechar la experiencia para crecer personalmente y en pareja.


“La pareja puede ser una gran escuela de diálogo o la cárcel de nuestras libertades”

1 comentario:

  1. Estoy embarazada de 5 meses y la verdad me he sentido muy identificada, mucho más tranquila después de leer que hay cosas que son normales que nos pasen a mi chico y a mi...

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