lunes, 12 de noviembre de 2012

Positividad.

Hola,

Llevaba un tiempo sin escribir en el blog debido al volumen de trabajo que hemos tenido últimamente  espero que no por eso os interese menos!

He recibido la carta de una paciente que tras unos meses de terapia se encuentra muy bien y quería compartir con todos vosotros su experiencia para romper estereotipos, quitar miedos y animar a cuidarse a uno mismo.

Os la dejo aquí, espero que os guste, es un aliento a la positividad!

A.


"A todo aquel que tenga un problema y se encuentre en la encrucijada de decidir si acudir o no
a un especialista, le diría que vaya con los ojos cerrados. De hecho, pienso que absolutamente
todos los seres humanos deberíamos pasar por una terapia psicológica en algún momento de
nuestra vida, ni que sea para recolocar las ideas o prevenir futuros problemas.

Siempre he sido una escéptica en relación al potencial que puede tener la figura de un
psicólogo/a respecto a mi propia persona, a pesar de haber trabajado durante años codo con
codo con estos magníficos profesionales en el ámbito hospitalario debido a mi profesión.

Perdí a mi padre a los 21 años tras una larga enfermedad y desde entonces una de las
estructuras básicas que tenía en mi vida quedó mermada y desmoronada. Con el paso de los
años fui acumulando momentos de ansiedad, pérdida de autoestima en picado, emociones
de ser rechazada y la sensación de no haber podido expulsar afuera el duelo. Esa pérdida de
autoestima fue alimentándose hasta el punto de llegar a ideas auto-líticas y destructivas (“el
nadie me quiere, el no le importo a nadie, el estaría mejor muerta…”) e incluso planificar un
suicidio que nunca llegaba, por miedo.

Evidentemente, esta era una situación insostenible para mi cabeza y mi salud mental. Solo
quedaban dos soluciones muy claras. Yo opté por la mejor, sin duda. Creo que siempre hay
que intentarlo, dejarnos de orgullos y de sentirnos super héroes, porque hay momentos en
la vida en que no podemos soportar la presión y los problemas. Hay que saber pedir ayuda.
Ayuda…precisamente eso es lo que encontré en la consulta de Dácil. Iniciamos una terapia
cognitivo-conductual, que había salido en preguntas de examen a lo largo de mis estudios,
pero que no sabía la importancia que tenía y lo mucho que podía ayudar a las personas hasta
que la viví y trabajé en primera persona (y repito, llegué siendo una escéptica a la consulta).

No tardé mucho en convencerme que era coherente todo lo que Dácil exponía y cuán había
magnificado todas las distorsiones que mi cabeza no paraba de generar. Con el tiempo fui
viendo que nos preocupamos demasiado por los prejuicios sociales y nos contradecimos
continuamente entre lo que queremos y lo que expresamos.

A día de hoy continúo con la terapia, habiendo dado un salto de calidad en mi vida y en la
relación con las personas que tengo a mi alrededor. Y cada vez que salgo de la consulta le
pido a Dácil que nunca me de el alta, porque es fantástica la ayuda que brinda, de una manera
inteligible y directa. Siempre hay momentos a lo largo de la terapia de subidas y bajadas, pero
de todas se sale con el tiempo, seguro.

Al que aún dude en acudir a una consulta psicológica, animarle a que sea valiente y dé el salto,
que por muy grande que sea el precipicio, siempre hay alguien que amortigua la caída y ayuda
a levantarte. Hoy soy una persona más feliz y completa que ya no se enfada por tonterías, que
sabe decir no y que se quiere, por encima de todos y todo".


Gracias a ti A. por compartir esto conmigo y con todos.